En la cuarta terraza se puede encontrar las almas
de aquellos que pecaron por descuido del dejarse llevar por la pereza. Desde el
momento en vida en que se falla al buscar el amor, aquí son condenados a
interminables trabajos. Los ejemplos de entusiasmo o energía, las virtudes
opuestas, son clamados por las almas que recorren la terraza. Estos perezosos
están demasiado ocupados siquiera para conversar durante sus trabajos, por ello
esta es una de las secciones más cortas del poema.
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