El octavo es el cielo de las estrellas fijas. En esta esfera el
autor no encuentra beatos, sino las almas triunfantes, que aparecen como
innumerables luces iluminadas por el resplandor de Cristo y de María, en torno a la cual gira cantando el Arcángel Gabriel las inteligencias promotoras son los querubines almas que ruegan por los pecadores en este sitio son los encargados de recibir a las almas nuevas que llegan a este círculo las almas q llegan son llenas de principios para el paraiso.
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