lunes, 21 de julio de 2014

El Hambre

 Al norte de Bolivia varias de las escenas que tan admirablemente describe Icaza.  Se puede  decir, a fe de honrado, que todo es auténtico real, vivido. Esos pasajes donde las hijas de quince años abandonan los hogares indios para calmar  su hambre y el hambre de sus hermanitos en los prostíbulos de las ciudades, son auténticos.  Allá se entregan doblegadas por el hambre que las ha ganado, no ya a la furia y el látigo del terrateniente, sino a la furia sexual y al furor  de los hijos de los  latifundistas.




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